2019 Jul, Analysing my own drawings
Vuelvo a ver hoy algunos de mis dibujos escaneados en mi pantalla y vuelvo a sorprenderme. Se ven muchísimo mejor que al natural. A veces, un dibujo original, pequeño, no se ve todo lo bien que se debiera. Cuando, tras escanearlo, se vuelve a ver en la pantalla del ordenador, con mayor tamaño y con la luz que le presta el sistema, iluminado y enmarcado, hace que, además de poderlo ver mejor, con una luminosidad nunca antes vista, poderlo analizarlo al milímetro y ponerlo en valor.
Ayuda este análisis del dibujo a seguir pensando sobre el proyecto del que allí se trata, continuando un proceso de investigación que ya está en curso. He defendido muchas veces, de palabra y por escrito, que un proyecto de arquitectura es un verdadero proyecto de investigación. Que proyectar es investigar. Y los dibujos, que son un pensar con las manos son parte central de ese proceso. Y su análisis en pantalla ayuda muy eficazmente a esa labor de investigación arquitectónica.
Escribí en mi página web sobre el escanear los dibujos de arquitectura:
Somos muy afortunados. Estamos inmersos ya en un nuevo milenio, el tercero, y parece que no somos muy conscientes de ello. Los medios informáticos han venido a darle la vuelta a nuestras vidas con tantos aspectos positivos, que compensan las pocas cosas no tan buenas que traen consigo.
La posibilidad de escanear los dibujos, en nuestro caso de arquitectura, es uno de los regalos que se nos hace. Yo he donado todo mi archivo, todo, a la Escuela de Arquitectura de Madrid, mi Escuela, mi alma mater. Y antes, mis colaboradores han escaneado toda esa documentación, de manera que no sólo no la pierdo sino que, colgada en mi página web, la pongo a disposición de todo el mundo. Todos los planos, todos los dibujos, miles, todos los documentos. Y los más de cinco millones de visitantes que tiene ya mi página web, tienen a su disposición toda esa documentación. Esto hubiera sido impensable hasta hace muy poco tiempo ¡tan veloces van estos medios! Y yo no puedo más que dar gracias.
Toda esta operación de escaneo nos ha obligado, a mí y a mi gente, a reordenar toda esa abundante documentación. Y constatar cuantísimo hemos trabajado en estos años. Resulta emocionante el ver ahora todos esos dibujos en pantalla, con una luminosidad nunca usada y con la posibilidad de analizarlos milímetro a milímetro.
EXPO CAMPO BAEZA EN LA FUNDACIÓN COAM
En el año 2006, me propusieron una exposición de mis trabajos en la Fundación COAM, cuando todavía estaba en la calle Piamonte de Madrid. Decidimos, acertadamente, que no se hiciera casi nada. O que se hiciera con casi nada: una simple sábana blanca tensada en vertical, de suelo a techo en el espacio de exposiciones, y un proyector por detrás que fuera proyectando mis dibujos, sólo dibujos. El resultado fue estupendo. Sobre mi mesa tengo ahora el DVD que recogía la muy abundante documentación con aquel método bueno, bonito y barato. Pasado ya el tiempo, parece que aquello fuera una premonición de lo que aquí hoy escribo
ORTEGA Y EL MARCO
Ortega, el gran filósofo español, con su proverbial claridad, escribió un texto breve pero preciso, sobre el marco. Texto que me lleva ahora a pensar en la función que la pantalla del ordenador hace con los dibujos reproducidos a su través. Porque la pantalla del ordenador es un verdadero marco para los dibujos que aparecen en ella.
Viven los cuadros alojados en los marcos. El uno necesita del otro. El marco tiende a convertir en cuadro cuanto se ve a su través. No es el marco el traje del cuadro. No es el marco un adorno. No solemos ver un marco más que cuando lo vemos sin cuadro.
He puesto juntas, adrede, varias frases clave de Ortega, entresacadas de ese texto. Y he resistido la tentación de comentarlas, tan claras son.
Pero no he resistido a la siguiente tentación que es el hacerlo de la mano del marco que es la pantalla de este ordenador en el que ahora escribo.
VELAZQUEZ EN LA RABASF
Cuando escribía este texto, he vuelto ayer con algunos amigos, a visitar el Museo de la RABASF, mi Academia, que es verdaderamente magnífico.
Y una de las joyas del Museo es el dibujo de Velázquez del Cardenal Borja. El dibujo es magnífico pero el tamaño, 188×116 mm, es mínimo. Si alguien, algún día, lo substituyera por una buena reproducción de idéntico tamaño DIN A 5, nadie lo notaría.
Y entonces uno se pregunta una vez más ¿no merece la pena el verlo mejor en pantalla con la luminosidad y la definición que le presta el ordenador?
Ya sé que todo este texto es una defensa del ordenador como instrumento insuperable para ver dibujos, mis dibujos. Y por eso acudo a argumentos de autoridad tan creíbles como el del dibujo de Velázquez.
CONCLUSIÓN
Si cuando aquella exposición ¡hace ya tantos años! defendía esta vía de transmitir mis dibujos a través del ordenador, escaneándolos, como de la máxima eficacia, ahora, en este tiempo del tercer milenio que avanza a pasos agigantados (hasta esta expresión clásica se nos queda corta), el tema pasa a ser casi obvio.
Si el fin de los dibujos del arquitecto, que es un pensar con las manos, es transmitir el mensaje allí contenido, no cabe la menor duda de que a través de la pantalla del ordenador, enmarcados e iluminados, se transmiten de la mejor manera.
Si el fin de los dibujos del arquitecto es poder analizar los pasos sucesivos de un proyecto en una verdadera operación de investigación para el propio autor, debo reconocer que el sistema me ayuda a diario, proyecto a proyecto, a realizar esa labor de manera difícilmente superable. Para un arquitecto, proyectar es investigar. Proyectar es Investigar, así titulé mi Curso de Máster MPAA en la ETSAM de Madrid en 2018. Y es que, aunque ustedes no se lo crean, proyectar es investigar. Seguiremos hablando.