1995 MINISTERIO DE ASUNTOS EXTERIORES
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Debía trabajarse sobre un proyecto ya en marcha que presentaba muchos problemas. Tras consultar a cinco organismos (Real Academia de Bellas Artes, Consejo Superior de Arquitectos, Universidad, Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo y el propio Ministerio de Asuntos Exteriores) se convocó a los arquitectos Sáenz de Oíza, Cano Lasso, Moneo, Navarro, Casas y Campo Baeza a un concurso para resolver el tema.
Como condicionante debía conservarse la volumetría del proyecto anterior y la cimentación ya comenzada, una base que ocupaba todo el solar triangular de la que emergían tres volúmenes idénticos de siete plantas. Todo ello rodeado actualmente de edificaciones de viviendas de alta densidad de tanta o mayor altura que el edificio previsto.
La propuesta consiste en circundar todo ello con un jardín colgante sobre una gran estructura reticular, tan alta como el conjunto interior, que pueda ser recorrida, conformando de este modo una gran caja abierta al cielo dotada de privacidad. Todo ello se apoya, potenciando la antigua base, en un gran podio pétreo de travertino. Los jardines colgantes se revisten de vidrio traslúcido al exterior para difundir la luz, proteger de las vistas y conformar un claro volumen completo hacia la calle.
Los volúmenes interiores se respetaban mejorando su ordenación y dotándolos de sencillas fachadas de vidrio, traslúcido o transparente según las orientaciones.
En definitiva, una operación muy radical y muy certera realizada con el solo preciso número de elementos para hacerla eficaz.