Alberto Campo Baeza

SICUT PALIO

Querríamos hacer en Córdoba la más hermosa arquitectura de intervención sobre un valioso yacimiento arqueológico activo, poniéndolo en valor. La arquitectura más sencilla, la más precisa y la más preciosa, capaz de responder adecuadamente a lo que se nos pide.

Restauraremos el Palacio Páez con la mayor fidelidad posible.

Respetaremos con atención el nuevo edificio más reciente.

Y potenciaremos el gran hueco de la excavación en curso, no sólo resolviendo los problemas funcionales, sino tratando de crear allí un espacio hermosísimo.

En el Palacio Páez, además de resolver todo lo que se requiere, plantearemos un orden nuevo que, recogiendo todo lo mejor de lo existente, lo potencie y lo mejore. Pensamos en una segunda piel interna, más baja que los muros abarcantes, capaz de contener en el intradós las instalaciones. Y capaz de soportar, o bien con elementos en voladizo, o bien en huecos excavados, las piezas a exponer.

El edificio más reciente, que tiene una serie de valores indiscutibles, lo respetaremos y lo potenciaremos. Es una pieza muy hermosa.

Para el gran hueco de la excavación arqueológica, que nos demanda el mayor esfuerzo proyectual, creamos un elemento que puede ser leído como un gran palio alto, SICUT PALIO. A la manera de los palios de la Semana Santa andaluza que sirven para proteger y embellecer los pasos. Nuestro palio protegerá de la lluvia y del sol el gran espacio excavado y a las gentes que allí trabajen, y permitirá el paso de la luz para poder trabajar allí muy a gusto. Siendo geométricamente un gran rectángulo sostenido por 4+4 varales (pilares), los bordes se resolverán con un techo más bajo que se va adaptando a la forma irregular del solar delimitado por los gruesos muros de piedra. Serán como porches bajos abiertos que permitirán un recorrido de borde continuo. A media altura asomará la cafetería, en una posición privilegiada de vistas, asomada sobre ese gran espacio de trabajo. Resolveremos con pasarelas ligeras el paso de los visitantes que, sin estorbar a los arqueólogos, puedan disfrutar del trabajo que allí se hace.

Una pasarela central, ligera, hará que podamos llegar al centro del solar de la excavación, que podría estar presidido por la blanca Thoracata sobre un pedestal de piedra. Soñamos con situar en el centro de la excavación, presidiéndola, la bellísima Thoracata del Museo que merece convertirse en símbolo del edificio y sus actividades. Tan hermosa es.

Como bien se ve en las fotografías de la maqueta, la imagen del palio completo es impresionante, con el pilar más alto mostrándose en toda su dimensión, y siendo los otros pilares más cortos según vamos subiendo para alcanzar la cota más alta. Cuando los arqueólogos sugieren el cubrir y proteger toda la excavación, se ofrece como solución la creación de una cubierta adicional más baja a su alrededor. En cualquier caso, preferiríamos la solución original que espacialmente es más hermosa.

En definitiva, empleando términos arquitectónicos, se trataría de un gran conjunto pétreo, estereotómico, como si de una caja abierta al cielo se tratara, que cubrimos con una gran pieza tectónica, ligera y blanca, un gran palio que cumplirá adecuadamente con las funciones pedidas.

Creemos que la idea es sencilla pero certera y que será eficaz y de una gran belleza.