2019 Il cielo in terra, Venecia
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Una tumba en Venecia
Querríamos hacer la tumba más hermosa del mundo, y a la vez la más sencilla. En un pequeño solar dentro del Cementerio Capoluogo en S. Doná di Piave en Venecia.
Será una caja umbría, atravesada por la luz, un cubo de hormigón armado de 3x3x3 m. Para llevar la luz a su interior, horadamos los seis planos cuadrados que conforman el cubo en sus esquinas, un hueco cuadrado de 60×60 cm en cada plano Isotrópicamente, de manera que nunca coincidan dos huecos en un mismo triedro.
Comenzaremos horadando el techo de manera que el hueco que corresponda a ese plano esté orientado para que el sol, rompiendo las sombras, penetre en el interior diagonalmente.
En la fachada principal, la más próxima al camino de acceso, abriremos una puerta en el hormigón de manera que cuando esté cerrada, se reestablezca la planimetría. Y el hueco de 60×60 cm que le corresponda en la operación isotrópica a esa fachada, se cambiará para que quede a la altura de los ojos y poder ver desde él el interior.
El hueco que corresponda al plano del suelo, se excavará para que sea visible el espesor del hormigón, y se colocará un espejo en el fondo.
Y en el centro geométrico del espacio cúbico umbrío, atravesado por la luz del sol en movimiento, colgamos una urna cúbica de 60x60x60 cm, de mármol blanquísimo, que flotará en ese espacio sostenida por cuatro finos cables de acero.
Cuando a lo largo del día el sol atraviese los orificios del cubo de hormigón, se posará en el mármol blanco de la urna flotante, y se producirá un a modo de transfiguración luminosa capaz de llegar a producir la suspensión del tiempo.
DESCRIPTIVA
La urna cineraria, el cubo de mármol blanquísimo de Tasos, será de una sola pieza. En ella se habrá excavado un hueco capaz de contener las cenizas. Tendrá una tapa superior que, cuando esté cerrada, no se verá nada. Los cuatro cables finísimos de acero irán, dos a dos, desde los costados de la urna hasta las aristas interiores del cubo.
El cubo de hormigón armado se construirá con cuidado pero nunca relamido. Los huecos, abiertos, sin ningún tipo de cerramiento, dejarán pasar la luz y el aire, y el viento y la lluvia y la nieve, y las estrellas y hasta los pájaros. Al estar los huecos siempre en las esquinas, dos de sus lados estarán en continuidad con los paramentos colindantes. Los otros dos lados mostrarán el espesor fuerte del hormigón.
El cubo se apoyará sobre un podio, del mismo hormigón que estará enrasado con los podios de las tumbas colindantes. De manera que el suelo del interior y el del exterior no estarán en el mismo plano.
Vídeo del paso de la luz del sol